En
Mesopotamia se basaban en que la persona que padecía una enfermedad era porque
había hecho enfurecer a los dioses. Gracias a su capacidad de transmisión de
información, por la escritura cuneiforme, se han podido recopilar muchos
escritos en los que encontramos información sobre cómo se trataban las
enfermedades.
Algo muy sorprendente es el código
de Hammurabi, en el se encontraban las leyes y normas que se seguían en
Mesopotamia. En él se encuentran trece artículos que hablan sobre las
responsabilidades que tenían los médicos en el ejercicio de su procesión, ya
que si el médico realizaba un buen trabajo era recompensado, pero si el médico cometía
un error y dejaba al paciente con una secuela era severamente castigado. Uno de
estos artículos era:
“Si
un médico ha tratado a un hombre de una enfermedad grave y lo cura, o abre una
hinchazón con un cuchillo y salva el ojo del paciente, ha de recibir diez siclos
de oro. Si el paciente es un hombre libre, el pago será de cinco siclos. Si es
un esclavo, el dueño pagará dos siclosSi un médico causa una herida grave con un bisturí al esclavo de un hombre libre y lo mata, el médico debe sustituir al esclavo por otro. Si trata a un hombre libre y le causa una herida mortal, o si ha abierto un absceso y el hombre libre queda ciego, se le cortarán las manos”
Aunque se sabía que algunas enfermedades eran naturales, primaba una concepción de enfermedad sobrenatural. Se pensaba que un demonio estaba poseyendo al enfermo, el médico, de este modo, tenía que adivinar mediante conjuros y leyendo los astros y los hígados de algunos animales. Aunque la mayoría de estas enfermedades se querían curar mediante rituales y exorcismo cabe destacar la extensa lista de hierbas curativas, alrededor de unas 250, que utilizaban para apaliar el dolor o para llevar al enfermo a un estado de estasis para poder realizar el exorcismo. También recurrían a bañar al enfermo, a darle calor o a masajearle en la zona donde se siente dolor.
Las practicas quirúrgicas no eran muy habituales pero si sabían que el tratamiento para la evacuación de abscesos o para extracciones dentales era necesaria una intervención y no un ritual. Hay evidencias recogidas en los escritos de que se dejaba a los enfermos en la calle o en los caminos y se esperaba a que la gente diera su opinión acerca de la enfermedad que padecía el enfermo.
En esta civilización se consiguió un gran avance n los instrumentos quirúrgicos llegándose a encontrar bisturíes, sierras, etc.
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