En toda América precolombina se
consiguió un gran avance de la cirugía pero sobretodo se consiguió en las dos
grandes civilizaciones: Azteca e Inca.
La trepanación era algo habitual, y,
aunque la mayoría de las enfermedades para ellos eran de tipo animalista o
espiritual, el gran conocimiento de hierbas y principios naturales dio a esta
civilización un gran arsenal de remedios curativos.
Debido
a la falta de escritura entre los pueblos los primeros registros que se pueden encontrar en
las civilizaciones antiguas dependen fundamentalmente del análisis de los
objetos y utensilios encontrados en las excavaciones arqueológicas.
Se
cree que lo una de las cosas de la cirugía más importantes para ellos era
intentar encontrar formas de parar el dolor.
Entre
los aztecas ya se diferenciaba entre el médico empírico, basado en el estudio
de las enfermedades y en el estudio del cuerpo, y el médico chaman, centrado más
bien en procesos de rituales mágicos.
Los conocimientos de anatomía (basados en la
experiencia aportada por guerras y sacrificios rituales) avalan una técnica
quirúrgica y traumatológica notablemente avanzada, siendo común la utilización
de férulas y un variado instrumental quirúrgico.